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lunes, 16 de mayo de 2016

CRÈME GLACÉE (El helado)


Crème Glacée (El helado)

Antwan, que así se llamaba y del que más tarde conocería su nombre y más, era un joven nigeriano de veinti seis años que vivía en una pequeña ciudad del norte que yo visitaba por segunda vez, por algunos días, por trabajo.
Aquella mañana, salí del hotel para asistir a una reunión, nada más pisar la calle Antwan me abordó para conseguir algunas monedas con las que costearse esas cervezas que consumía a diario en un pequeño garaje frente a mi hotel, donde el dia anterior. a mi llegada, ya le había ubicado. Al acercarse a mí, se dirigió en un francés seco, casi sin acento y sin mucha atención gramatical en su largar...
-"¡tío!", me dijo,- "seguro que un tipo guapo, bien vestido y que se hospeda en el mejor hotel, tiene un par de monedas en su bolsillo para un pobre chico que no tiene nada"...
 Su desparpajo me atrapó de inmediato provocando mi sonrisa, y aún no siendo aconsejable ni común en mí entablar conversación, ni tan siquiera mirar o contestar nada a las no pocas personas que me abordaban a diario por la calle, me hizo gracia... me ganó, y poniéndome a su altura le contesté:
-" un joven guapo como tú... seguro que tiene a más de una mujer dispuesta a pagarle un helado…"  
De inmediato frunció el ceño, -¿un helado? , dijo... aquel engreído y grande, muy grande muchacho, me miraba buscando en mí la burla, la ofensa o más allá...como si en ese momento dispuesto estuviese a emprender una cruzada contra mí en defensa de su honor.
 Lo cierto es que en aquella apartada ciudad, el consumo de helados no se había generalizado, y sólo aquellos de clase alta tenían acceso a ellos, pues los fabricaban en sus casas para consumo propio.
 Por un momento me sentí bastante nervioso y con tres bofetadas en mi blanca cara, inmediatamente empecé a pensar una forma de salir de aquel entuerto sin mi cara colorada por esas tortas que sin duda podía calzarme... Observándole más detenidamente caí en que realmente era un "dandy", sin duda,  aquel chico era el "macho alfa" del lugar. Su cuidada imagen... unida a su actitud y porte chulesco, transmitían esa aureola que sólo aquellos avalados por la seguridad de su juventud y fuerza transmitimos,  por lo que di por sentado que debería ser buen amante y conocedor de los secretos de más de una de las alcobas que por aquellos perdidos lares seguro también había. Esto fue lo que me dió la idea para establecer un símil,  una metáfora entre su seguro conocimiento de las mujeres y los helados, (que jamás había catado vista su actitud), para salir airoso de esta nada cómoda situación en la que mi cara tenía todas las papeletas para ganar el premio a la más rosada a base de tortas, de toda África. 
Mi cabeza saltaba de una idea a otra pasando por las tortas a una velocidad endiablada, en esos dos segundos que tarde en reaccionar buscando una solucion tambien pensé en mi chica, mi compañera, mi pareja, mi amante, aunque llevábamos poco tiempo... ya se había convertido en mi amiga. Fue ella y el luego demostrado idealizado amor que nos procesabamos... donde me apoyé para afrontar con seguridad este reto por otra parte nada sencillo, pero de este lío sólo el ingenio podía sacarme, y me dejé llevar por mi intuición.  
Ese chico no dejaba de mirarme con sus grandes e inquisidores ojos,
 -" bueno bueno... tranquilo", le dije..." te voy a explicar que es un helado ,  ¿cómo te llamas? "-
-Antwan, dijo,
- " ok Antwan, los helados son como golosinas frías, los hay de muchos sabores y son de hielo o leche, vienen envueltos, igual que las mujeres a las que hay que desvestir para saborearlas y beber de su esencia, a los helados has de quitarles con suma delicadeza el envoltorio para poder disfrutar de éllos... ”
 En este momento... su pícara sonrisa sobrepasó fronteras haciendo que todo se iluminase, mientras... su interés crecía y crecía por segundos, incluso me hizo sentir incómodo, entonces pensé que de las tortas íbamos a pasar a los abrazos… luego lo entendería mejor... pero en ese instante y de forma fugaz también pensé en cambiar de analogía... aunque sólo era necesario mirar su gran sonrisa y esos ojos que se le salían de las cuencas, para proseguir el relato, y mi rápida, pero estudiada defensa ante esas dos grandes manos que le escoltaban, y que ahora, el júbilo le hacía batir de lado a lado para casi aplaudir, bueno...sin casi..., !aplaudió¡ al tiempo que se inclinaba hacia adelante y su fuerte risa socarrona retumbaba de casa en casa a cien metros a la redonda, más tarde lo entendí...
-Pues bien Antwan, continué... “el helado, además y al igual que una mujer hermosa”, aquí me interrumpió para dejarme claro que no estaba casado pero sí tenía amigas, (más de una). Solo era necesaio ver su cara, el haber acertado de pleno con mi contar  tambien me hizo alegrar al ver que no había perdido ese mi sexto sentido con las personas y el reconocimiento de éstas a simple vista, eso siempre he creido yo... 
Pícaramente sonreía, mirándome mientras sus ojos ya habían tornado a la amabilidad y a la atención ante mi explicación, tampoco articulaba palabra,  sólo asentía con su cabeza mientras no dejaba de sonreírme manteniendo sus dos grandes y profundos ojos marrones abiertos de par en par para no perder detalle, no recuerdo verle pestañear...
-“ Pues sí amigo Antwan...” proseguí mi relato de lo que para mí era un helado, o mi forma de explicarlo, ahora ya... y  respirando rítmica, calmadamente al verme lejos de esas dos enormes palas que por manos exhibía y que en los bolsillos de su pantalón ahora descansaban.
-“Un helado amigo es como una mujer, una tierna caricia para los sentidos, es abrir los ojos y verla a ella, acercarte despacio hasta estar a su altura sin dejar de mirarla a los ojos, olerla.... -mientras, yo era consciente de que empezaba a desbarrar... pero el recuerdo de su cara y animo anterior daban miedo, y ahora ¡se lo estaba pasando pipa!… creo que si hubiese parado entoces si me habría pegado...  en ese momento me interrumpió diciéndome para mi sorpresa  - "al hielo” no se le pode dar besos, los labios se pegarían al hielo. te los arrancaria al tirar para despegarlos", salté de inmediato….
- “Pero bueno... ¡yo pensaba que no sabías que era un helado !.
-“ Sí sé lo que es, en la casa,señalando el final de la calle... la mas grande, me invitan a uno cada vez que voy a algún recado” dijo socarronamente, lo que pasa, prosiguió... es que eso de los helados... eso es para los niños, yo prefiero una gran y fría cerveza amigo.
-“¿Y por qué me has dejado seguir con mi explicación?”, le increpé, me contestó que le hacía gracia ver mi cara blanca de susto y también que le había encantado escuchar la explicación de esas cosas… y que le había alegrado mucho conocerme de esa forma, también me pregunto mi nombre.
-“Juan”, le dije
-“Juan, dijo él, eres un tío muy divertido y creo que vamos a ser buenos amigos, tenemos que celebrarlo con unas cervezas, ¡venga vamos...!
 Automáticamente fui consciente de que tenía un nuevo amigo, amigo que al igual que yo, hacía gala de su guasa, inteligencia,  y este además físicamente era una bestia.
 Le expliqué que me esperaban, que en ese momento ya había perdido mucho tiempo aunque me alegraba haberle conocido pero ahora debía irme... que cuando llegase por la noche le buscaría en aquel garaje para celebrarlo, ahora el no podia dejar de sonreir...
Y esta es la historia de cómo un joven chico de una aldea perdida me puso en un aprieto para regocijo de los dos, y de cómo el comodín de las mujeres me libro de un buen par de bofetadas... haciendome ganar a partir de ese momento, gran amigo.

 Esa noche le busqué y como ya era notorio... una buena y gran amistad sé perpetuó entre nosotros creciendo año tras año, buscándole cada vez que visitaba la zona, y las muchas y muy gratas experiencias que con el viví en aquel garaje, y después... en los años posteriores, con su prolífica y fantástica familia de la que puedo asegurar que también es la mía…

HR Juan

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